La decisión
Existen muchos motivos para irse a trabajar a un país extranjero, casi tantas como personas. En mi caso concreto, no existía una única razón, más bien confluía más de una, pero la que más peso tenía (cuyo origen es la desgraciada situación económica en la nos encontramos), era la necesidad de tener unas perspectivas laborales aceptables y poder mantener un nivel de vida satisfactorio. Es evidente que esta necesidad de «nivel de vida» está creada por nosotros mismos, ya que nos encontramos sumergidos en una sociedad de máximo consumo, pero una vez metidos de cabeza en ella, no queda más remedio que dejarse llevar por la corriente y tratar de nadar hacia el lado que sea más seguro.
Sé que puede parecer que un cambio de este tipo está plagado de problemas y dificultades, y aunque es cierto que es una decisión compleja que implica acciones igualmente complicadas, una vez metidos de lleno «en faena» os sorprenderá la facilidad con la que se van abordando temas y esquivando escollos. Aun así, muchos podréis pensar que este tipo de movimiento está fuera de vuestro alcance, que es «imposible» que os vayáis a vivir fuera de España, y mucho menos a Alemania, por muchísimas razones:
- «No se ni una palabra de alemán, ¿cómo voy a irme para allá?». Bien, nadie nace sabiendo, y el idioma Alemán, aunque es complejo, puede aprenderse, no sin esfuerzo y sacrificio, pero es posible. Además, el nivel de inglés el Alemania es sustancialmente superior al nuestro, por lo que si te defiendes con el ingles, podrás expresarte y hacerte entender.
- «Alemania, eso está tela de lejos». Si, la distancia es considerable, pero un vuelo Sevilla-Dusseldorf tiene 2 horas 50 minutos de duración. Tardo casi lo mismo en ir a Madrid en Ave.
- «Es que allí hace un frío horrible». Es cierto que el clima no es uno de sus puntos fuertes y obviamente no vamos a poder ir en manga corta tres cuartas partes del año, pero me consta que en Ávila vive gente y ni se suicidan por el frío ni deciden irse a vivir al caribe para buscar mejor clima… las temperaturas en Dusseldorf son similares a las de Ávila.
- «Estoy casado/a y tengo niños, ¡no me los puedo llevar!». Os diré un secreto, en Alemania también tienen colegios, incluso tienen hospitales, como nosotros, así que podrás escolarizar a tus niños y los podrás llevar al médico si se ponen enfermos. Es más, tu mujer/marido incluso podrá encontrar trabajo allí (quien sabe, igual hasta le resulta más sencillo encontrar allí trabajo que en España).
- «Los alemanes se tiran el día entero trabajando, no podré aguantarlo». Tópico. Ni todos los alemanes se pasan el día trabajando ni todos los españoles se pasan el día entero de fiesta. Es más, conozco muchísimos españoles que se tiran el santo día en la oficina, haciendo horas extra a diario y por supuesto sin cobrarlas. En Alemania se trabaja 8 horas diarias como aquí, y si se hacen horas extras por norma general se cobran, pero no os equivoquéis, aunque en España parece que el trabajador más válido es el que más horas se pasa en el trabajo, en Alemania está mal visto hacer horas extras. Si las necesitas para poder cumplir tus objetivos es que no sabes administrarte tu tiempo y no eres productivo. Mucho cuidado con este punto.
- «La Merkel siempre dice que aquí en España tenemos muchos más días de fiesta y vacaciones que ellos». Otro tópico. Con respecto a los días festivos, es cierto que tienen menos. En España tenemos 11 días nacionales, 2 días autonómicos y 2 locales, haciendo un total de 15. En Alemania tienen 9 festivos nacionales y generalmente (depende de la zona) tienen 2 días regionales más, haciendo un total de 11, que son 4 menos que en España, aunque lo suelen compensar teniendo más días de vacaciones al año. En mi caso concreto, tengo 30 días laborables de vacaciones (8 más que en España), así que haciendo cómputo global entre festivos y vacaciones, disfruto de 4 días más de ocio que en mi país natal.
- «Es que no puedo vivir sin mis amigos». Excusa ideal para que vayan a visitarte y tú a ellos. No es necesario perder el contacto, así haréis turismo todos.
Como veis, motivos para no hacer algo hay muchos, tantos como queramos, pero no es cuestión de ponernos barreras a nosotros mismos, tan solo tenemos que marcarnos un objetivo y conseguirlo a base de coraje y un poco de cintura.