El primer día en la empresa
Por si no fueran ya suficientes emociones vividas, toca enfrentarse con el primer día de trabajo en la empresa: nuevo jefe, nuevos compañeros, nuevas costumbres, nuevos métodos de trabajo, nuevas oficinas y… ¡nuevo sueldo!
Nada más llegar a las oficinas de Toshiba, las diferencias empiezan a apreciarse. Se encuentran situadas en una especie de polígono industrial a las afueras de Krefeld, y digo «una especie de» porque cualquier parecido con un polígono industrial de los que conozco en España sería mera casualidad. Más bien es como si cogiéramos un barrio residencial de categoría alta y sustituyéramos las casas por grandes oficinas. Está todo plagado de zonas verdes cuidadas al detalle (tenemos incluso un jardín japonés justo en la entrada) y se respira tranquilidad vayas por donde vayas.
Una vez superado el «shock» inicial, entramos (hemos sido dos los españoles seleccionados) en las oficinas donde nos espera el «comité de bienvenida» para tener la primera reunión del día. Se interesan sobre todos los detalles de nuestro viaje y ubicación y nos ofrecen su ayuda para cualquier tema que necesitemos, conscientes de que la burocracia en Alemania es alta y que la barrera idiomática es grande (los empleados públicos no tienen por qué saber hablar en Inglés). A continuación nos explican detalladamente las características de nuestro contrato y dan por finalizada la reunión.
Justo a continuación toca una visita guiada por las oficinas, las cuales están compuestas por cuatro plantas donde los espacios diáfanos predominan, viendo tan solo unos 5 o 6 despachos como máximo (ocupados tan solo la mitad), ya que aquí los responsables de equipo y demás «jefes» suelen trabajar junto con el resto de miembros como si fueran uno más (esto es algo habitual en Alemania y hablaré de ello en una futura entrada sobre los métodos de trabajo alemanes). Asimismo, el edificio cuenta con varias salas de reuniones y un comedor privado, donde trabajan dos cocineros que alimentan a todos los miembros de la oficina.
Una vez terminada la visita, de nuevo nos reunimos con nuestro responsable de equipo el cual nos explica detalladamente que labor desempeña Toshiba, las expectativas que tiene con respecto al futuro inmediato, las áreas de trabajo en las que se mueve y todo tipo de detalles sobre las labores que se desempeñan en Toshiba Tec Europe. Terminada la reunión nos presenta a nuestros compañeros de trabajo y tenemos una charla informal con ellos sobre los programas informáticos que desarrolla la empresa.
A las 12 de la mañana llega nuestro siguiente «shock»: hora de comer… «¿de comer? se referirán a tomar una tostada con aceite y jamón claro» (pienso yo), pues no… a comer de verdad. De primero una estupenda ensalada que te preparas tu mismo seleccionado los ingredientes que quieras y aliñas a tu gusto (parece increíble pero tienen aceite de oliva, italiano, pero menos da una piedra). De segundo a elegir entre una carne en salsa acompañada de patatas y un arroz con verduras y salsa. A continuación dos sorpresas más, el menú cuesta… 3,5 € y la bebida 0,45 €, por si fuera poco, si eres trabajador de Toshiba te descuentan 0,75 € el importe de la comida y para rematar la jugada, por ser nuestro primer día, nos invita la empresa.
Una vez finalizada la comida (la verdad es que no me costó nada en absoluto comer a las 12 de la mañana), toca una nueva reunión para hablar un poco más sobre las tareas que realizaremos en los próximos días y a su término, comenzamos a instalar las herramientas de trabajo en los magníficos ordenadores portátiles Toshiba que acaban de darnos, nuevecitos y relucientes.
Poco a poco, tras este primer día, nuestra labor se ha ido normalizando y ya nos encontramos integrados en el equipo de trabajo. Sobre las tareas concretas que realizamos, al haber firmado un contrato de confidencialidad no puedo dar más detalles… ¡o tendría que mataros!