La bicicleta Trek
Siguiendo la máxima de «donde fueres, haz lo que vieres», he decidido alemanizarme un poco más y comprarme una estupenda bicicleta. El objetivo no es usarla «de vez en cuando» como la que tenía en españa (creo que en 3 años la usé 3 veces), la idea era usarla todos los días para ir al trabajo y eso es justamente lo que estoy haciendo.
La elegida no ha sido una bicicleta de paseo, que son las que usan casi todos los alemanes, ha sido una bicicleta de montaña, ni más ni menos que toda una Trek Series 6. Como no me apetecía gastarme el dineral que cuesta esta bicicleta nueva, decidí comprarla de segunda mano, por el módico precio de 240 €, nada mal contando con que cuesta unos 800 € nueva. En general su estado cuando la compré era bastante bueno, salvo un problema con el freno hidráulico trasero que solventé llevándolo al taller a que lo repararan (llenado de aceite del circuito, cambio completo del freno, incluido maneta, pastillas y disco), lo que me costó otros 45 €.
Después de esto no tuve más remedio que comprar unos cuantos accesorios, como los obligatorios según la legislación alemana, los propios para evitar que me roben la bicicleta, los adecuados para poder transportar alguna cosa, etc. La lista de la compra final fue esta:
Bicicleta | 240 € |
Reparación | 45 € |
Reflectores para las ruedas | 4 € |
Luces delantera y trasera | 8 € |
Cierre de cadena | 10 € |
Guardabarros | 13 € |
Portaequipajes trasero | 22 € |
Bolsa para portaequipajes | 26 € |
Casco | 26 € |
Total: | 394 € |
Puede parecer que es mucho dinero, pero no es que lo parezca, es que lo es, aunque también hay que tener en cuenta que no tardaré demasiado tiempo en amortizar su coste, debido al dinero que me ahorraré en gasolina todos los meses, ya que iré al trabajo en ella. Además, los beneficios para la salud no tienen precio.
Si vivís en Alemania y aun no lo habéis hecho, os animo a que os compreis una bicicleta, pero os recuerdo que teneis que tener en cuenta su normativa, la cual expliqué en la entrada «la bicicleta». Suerte y… ¡cuidado!