La visita a Brujas
Y seguimos de ruta, esta vez nos vamos a… ¡Brujas!
Esta es la primera vez que visito brujas desde que me he trasladado a Alemania, aunque hace muchos años estuve aquí unos cuantos días. Es una ciudad muy bonita, con mucho encanto, muchas zonas verdes y…. muchas tiendas de bombones. Es una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo, y hasta el siglo XV, una de las más prósperas del continente, gracias a su red de canales estilo veneciano, lo que la convertía en uno de los centros comerciales más importantes. A partir de ese momento, debido a que el río Zwin que la rodea se convirtió en ciénaga más que en río, la ciudad empezó a decaer hasta acabar muy deteriorada, abandonada y empobrecida. A principios del siglo XX fue reformada por completo y se convirtió en el importante centro turístico que es hoy en día, con casi 120 mil habitantes, millones de turistas al año y con un casco histórico que fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Para empezar su recorrido, como siempre, hablaré primero del desplazamiento. Existe una opción muy económica, que consiste en aparcar el coche en la estación central de ferrocarril (que se encuentra ubicada aquí) pagando tan solo 3,5 € por 24 horas de aparcamiento. Además, incluye entrada gratuita para todos los integrantes del vehículo en un autobús que os llevará al centro, aunque no recomiendo cogerlo, ya que esta estación se encuentra a tan solo unos 15 minutos a pie del centro de la ciudad, por lo que merece más la pena ir caminando y así disfrutar de sus calles y parques.
Ahora, al lío, ¿que podemos ver en Brujas? bueno, pues aquí va mi selección:
- Grote Markt o Plaza del mercado. Dicen que es la plaza más bonita del mundo y la verdad es que si no lo es, se queda cerca. Es el centro neurálgico de la ciudad, con casi una hectárea de terreno y aun se sigue montando aquí el mercado todos los sábados. Su belleza no reside en la plaza en si misma, sino en los edificios que la rodean, entre los cuales se encuentra un campanario del siglo XII (la famosa Belfort) o la audiencia provincial. En 1995 la plaza fue renovada y se convirtió en peatonal en su mayor parte. Visita imprescindible.
- Belfort o campanario. Es la característica torre «cortada» de brujas que se encuentra ubicada en la plaza del mercado (Grote Markt). Originalmente se trataba de una torre de madera que contenía el mercado de la lana y el archivo de la ciudad y que fue construida en el año 1240. En el año 1280 fue pasto del fuego, por lo que se reconstruyó en el 1296 en piedra (que arde menos que la madera). Sobre el 1483 el mercado fue reformado y ampliado, así como la torre, que adquirió su famoso campanario octogonal, así como las cuatro pequeñas torrecillas que lo rodean. Después de esto de nuevo sufrió dos incendios, uno de ellos provocado por un rayo, lo que obligó a sucesivas reparaciones hasta darle el aspecto que tiene actualmente. Puede visitarse por dentro y subir a lo más alto si queréis tener una buena perspectiva de la ciudad.
- Stadhuis o ayuntamiento. Está ubicado en la plaza Burg, la cual compite en belleza con la plaza del mercado. Fue construido entre el 1376 y el 1421 y es uno de los ayuntamientos más antiguos de toda Bélgica.
- Basílica de la Santa Sangre. De nuevo en la plaza Burg, esta pequeña basílica del siglo XII dice contener la Santa Sangre de Jesucristo, recogida por José de Arimatea y traía a este lugar por Thierry de Alsacia, conde de Flandes, en el año 1150.
- Rozenhoedkaai. Aunque actualmente se trata de una calle, antiguamente era un muelle donde parece ser que descargaban la sal de los barcos que la transportaban. Es uno de los lugares más fotografiados de toda Brujas, debido a su belleza.
- Onze Lieve Vrouweker o la iglesia de Nuestra Señora. De la época medieval, tiene la estructura más alta de toda la ciudad, una torre de 122,3 metros de altura, siendo además la segunda torre de ladrillo más alta del mundo, solo superada por la torre de la iglesia de San Martín en Landshut (Alemania).
- Canales. No se trata de ningún edificio ni de ninguna plaza, se trata de los numerosos canales que atraviesan la ciudad. Para poder disfrutarlos, nada mejor que perderse por el intrincado de calles que posee el casco antiguo de Brujas. Además es posible hacer visitas guiadas en barca, para verlos desde otra perspectiva.
Un consejo, aquí es muy típico comprar bombones, hay multitud de tiendas para ello; una de las más famosas y que quizás conozcáis es Godiva (exportan a muchos lugares del mundo, incluido España), y que se encuentra, como no, en la plaza del mercado. El problema es que venden los bombones a un precio mucho mayor que el resto, y sinceramente, yo no les encuentro mucha diferencia (los he probado). Mi recomendación es que vayáis a una tienda que precisamente está en la misma calle que la tienda de Godiva, cuyos bombones son prácticamente igual de buenos, tiene una variedad similar (o más) y cuestan tres veces menos (literalmente): Leonidas.
Se me olvidaba, si intentáis explicarle a alguien en inglés que queréis ir a visitar la ciudad de Brujas, y usáis para ello la traducción de esta palabra, es decir, Witches, os mirarán con cara de poker, así que mejor usar su nombre en belga, que es Brugge.