Siguiendo la ruta con mis amigos Sergio, Isabel y Verena, el siguiente punto de interés elegido fue Kaiserswerth, que es un pequeño pueblo, muy antiguo, que se encuentra integrado dentro de la ciudad de Düsseldorf (a modo de barrio) aunque poco tenga que ver con ella en cuanto a estilo y aspecto.

Se puede llegar directamente en coche o tren, pero nosotros elegimos entrar atravesando el río Rin, por lo que fue necesario hacer uso del ferry que existe únicamente para este fin (ojo, no está operativo durante el invierno). El trayecto no dura más de 5 minutos, pero merece la pena hacerlo, además tan solo cuesta 1,20 €.

Una vez atravesado el río, disfrutamos de un agradable paseo hasta las ruinas de una antigua abadía, fundada por el monje San Suitberto sobre el año 700 y destruida 88 años después. A continuación se encuentra situado el «pueblo», en el que se respira tranquilidad y merece la pena recorrer a pie. Después del paseo, nos dirigimos a una zona verde situada justo a continuación del pueblo y que discurre a lo largo del río.

Toda la zona fue un importante punto estratégico para poder controlar el paso del Rin, por lo que ha sido espectador de lujo en multitud de batallas y ha cambiado de manos multitud de veces, incluidas las manos españolas, que lo ocuparon entre el 1589 y el 1592.

Los habitantes de la zona, sobre todo los más jóvenes, suelen usar la ribera del río para hacer barbacoas, ya que en este lugar se permite encender fuego, y aprovechar el sol cuando este aparece. Mi recomendación es que uséis el ferry (podéis aparcar el coche aquí, justo al lado del ferry), os deis un buen paseo por el pueblo, y terminéis el día en las zonas verdes cercanas al río disfrutando de un buen bocadillo y su correspondiente bebida. De nada.